martes, 2 de marzo de 2010

Hermandad

Melissa caminó desprovista de lo que podría sucederle, observaba el entorno, era tranquilo, otoño, las hojas muertas crujían bajo sus pies. Recordaba su infancia al pasar junto al parque en el que jugó cuando era niña con su compañera de juegos. Observaba a la gente caminar, vivir su vida, por lo que pareciera ser feliz. Quería ser todo a la vez, desde el jardinero que le daba esa perfecta forma a los arbustos hasta aquél empresario trajeado que descansaba con su café en el suelo y su laptop en las piernas. Ella quería ser todo a la vez, "cuando fuera grande" como anhelaba esa frase, pues sus compañeros de clase la repetían constantemente. Ella no podía hacerlo, pues ése mismo día en casa había encontrado unos archivos ocultos en el closet de su madre sobre una extraña enfermedad de la cual desconocían el tratamiento para salvarle, su nombre resplandecía en aquella hoja terrorífica de color blanco "Melissa Frenshik Skardow". A su corta edad ella no podría haber entendido mas de un cuarto de las palabras que aquella nota redactaba, pero entendía lo suficiente como para saber que se trataba de ella, y de que moriría.

Empezó a redactar los momentos mas felices de su vida con el fin de inmortalizarlos, se esforzó tanto, desde anotar lo que ése mismo día había sentido, hasta lo ultimo que recordaba su mente, estaba muy concentrada, plasmó también algunos de sus cumpleaños favoritos y la navidad en que vio en persona a santa entrando a hurtadillas a la habitación de su madre para dejarle un enorme regalo envuelto en papel rojo con un listón plateado, después de plantarle un tierno beso en la mejilla sin despertarla, y aunque no sabía a dónde había ido su papá pues no se encontraba durmiendo con su madre aquél día ella prefirió guardar el secreto y no decírselo a su padre por miedo a que entrara en un ataque de celos y se decidiera a cazar a Santoclous la próxima navidad o electrificar la chimenea. También recordó una niña poco mayor que ella muy parecida con quien jugaba cuando niña, entre ésto y otras cosas era lo que ella escribía desesperadamente en su libreta de espiral. Al creer tenerlo casi listo decidió agregar unas cuantas fotografías y buscó en todos los libreros de la casa, encontró fotos de sus cumpleaños, encontró fotografías de sus últimas vacaciones y su primer visita al mar, encontró fotografías de su mejor amiga de la infancia, y encontró de familiares lejanos, aunque hubo una muy especial que le llamó mucho la atención... ésta estaba algo vieja y estaba escondida entre los pliegues de la pasta del álbum, era su madre, muy joven con dos bebés cargando, uno mayor que otro, ambos vestidos de rosa por lo que supuso que eran niñas. No supo quienes podrían ser así que ignoró la fotografía.

Su lista de recuerdos era grande, y al cabo de unos años cuando creyó haber escrito lo mas importante para ella decidió hablar con su mamá.

Melissa: -Mamá hay algo que quiero preguntarte
Madre de melissa- Dime hija
-¿Alguna vez enfermé de algo grave?
- Si querida, fue hace mucho tiempo
(a la señora se le ponían llorosos los ojos)
-¿Puedes decirle que era?
-Un problema del corazón. No creo que quieras saberlo pero puedo decirte que un angelito que te quería mucho te vino a salvar luego regresó al cielo.

Melissa al no entender la nada de lo que mencionaba su madre decidió leer nuevamente aquél archivo, pero ésta vez con mas calma. No podía creerlo, su enfermedad era real, pero encontró algo más, su fecha de nacimiento no coincidía con la del archivo ésta marcaba además de otro día y mes, dos años mayor que ella. Hablaba de un problema cardiaco, y un trnasplante de corazón de dos niñas, una de ellas tenía una enfermedad mortal, y la otra problemas en el corazón. Al parecer ella no era la de la enfermedad mortal por lo que le había contado su madre su problema era el cardiaco, alguien le había transplantado un corazón, alguien que moriría de igual forma. Siguió leyendo... Y comprendió todo.

Las fotografías con una niña, sus recuerdos de la infancia con su compañera de juegos, la fotografía de su madre con dos niñas. Ésa niña... era su hermana

1 comentario:

  1. aww, que trizte :(
    su compañerita de juegos, debio sentir feo al saber que habia perdido a su hermanita.
    pero tambien pudo recordar todos esos momentos que paso con ella :), y eso me gusta, el saber que ella fue parte importante de su vida, :) y que siempre estara con ella.

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