miércoles, 17 de febrero de 2010

Niebla

Damian despertó un jueves por la tarde sin comprender que sucedía. Su reloj estaba detenido, y parecía no haber actividad en toda el pueblo, se levantó despacio de su cama para mirar por el cristal de su ventana y darse cuenta de que una niebla tenebrosa y espesa cubría los rayos solares provocando una temperatura baja y una vista dificultosa. Se puso una gabardina negra, sus zapatos de vestir, y se dirigió a la calle para investigar lo que pasaba, la calle se encontraba desierta, como si todos hubieran sido desintegrados de la tierra y se olvidaron de él.
Notó una sombra que se paseaba por detrás de las cortinas de la casa contigua y se dirigió en búsqueda de ésa persona que tal vez podía explicarle. Tocó temerosamente la puerta de madera son su puño cubierto por una guantaleta de piel negro y antes de que tocara nueva mente un crujido en la manija hizo que la puerta se entreabriera mostrando un ojo de lo que parecía ser una bella joven.

-Hola- dijo Damian
-Hola- respondió la chica
-Me preguntaba ¿que sucede aquí?, hoy desperté y todo era diferente
La chica lo invitó a pasar y ambos se sentaron en una sala elegante frente a la chimenea.
-Se debe a una lluvia ácida, que acabó con la vida de muchisimas personas.
-Pero ¿a dónde fueron todos?
-Han muerto miles de personas, la gente ora por ellas, pasan camiones cada hora y recogen gente muerta de sus hogares, dicen que no hay manera de detenerlo, los científicos no han descubierto el modo de detener este fenómeno, y se teme que debamos acostumbrar a esto y otras cosas cosas similares.
-Pero.. mi familia, ¿En donde está?
-Lo siento, lo único que se es que la gente que ya no está la recogieron en los autobuses, casi nadie sobrevivió.
-Quieres decir que la gente que no está... está...
-Me temo que si.

Damian se hundió en una tristeza aun mas gris que la neblina que le rodeaba y salió corriendo de la casa de la chica. Al llegar a su hogar nuevamente cerró tan fuerte sus ojos y permaneció así un rato incrédulo en el sofá viendo al vacío....

... luego despertó.

martes, 16 de febrero de 2010

Sin Nombre


Tengo un sentimiento extraño,
No se lo que es,
No se como nombrarlo,
Pero cada que te veo,
Pienso en el,
Es anormal e inigualable,
A veces lo olvido,
Pero tus ojos me miran,
Y me lo recuerdan,
Se siente tan bien,
Se siente tan mal,
Arma de doble filo,
Me alegra y me duele,
Tan fuerte que me hace llorar,
Tú causas ese dolor,
Tú me hieres,
Con tu indiferencia,
Pero aun así,
Aunque parezca extraño,
O quizás no,
Lo siento por ti,
Y cuando sientas lo mismo por mi,
Yo,
Yo podre nombrarlo.

martes, 9 de febrero de 2010

La Cosa Más Dolorosa Del Mundo

Jack vivía en un departamento en Londres, no era muy sobresaliente, a no ser por el hecho de que era el más inteligente del salón, solo eso. Aunque se tiene que resaltar que los chicos lo envidiaban, a pesar de ser el “nerd”, ya que contaba con el apoyo de sus dos mejores amigas, Audrey y Sophie, las dos chicas mas lindas y populares del colegio, este trió tan peculiar se conoció la mañana en que Jack se mudo con sus padres al edificio, hace 3 años, aunque la historia comienza el día en que se enamoro Audrey.
-Sabes, yo, me he dado cuenta de algo, y es que me gustas Jack.-
-No Audrey, dilo mas convencida o si no creerá que te burlas de el.-
Jack lo escucho todo antes de entrar al cuarto de las chicas, salió de ahí y se quedo en la sala donde no paraba de cambiar de canal, estaba nervioso, quien lo creería, la chica mas popular, la cual era su amiga sentía algo por Jack, aquel don nadie, ¿Qué hare? Se preguntaba, la quería como a una hermana pero nada mas, mas sin embargo, a Sophie, a ella no, por ella sentía algo mas profundo pero ella parecía no darse cuenta, si rechazaba a Audrey, su amistad no seria la misma, si la aceptaba, estaría mas distante de Sophie quien era con quien quería estar. Salió, pensando en una posible solución..
-Es mas difícil de lo que pensé.- decía Jack a si mismo.
La tarde paso tan rápido, camino por el parque y se quedo en una banca, miraba a la gente pasar como si alguno de esos extraños fuera a darle la respuesta que tanto esperaba, ¿estaba enamorado de Audrey?, o ¿de Sophie?
El sol con su luz de color naranja golpeaba su espalda, mientras las aves se burlaban de el con su suave ulular, su celular sonó, era Sophie, su corazón comenzó a latir rápidamente.
-Hola,- se escucho la voz de Audrey.
Jack colgó, se levanto y se fue caminando hasta el apartamento, sus padres de nuevo estaban en uno de sus tantos viajes, así que no tenia con quien hablar de su problema.
-Si tan solo fuera como en la televisión.- decía Jack, ese dia no logro dormir. Jack las estaba esperando en la parada de autobús para irse a casa, Sophie charlaba con un chico del otro lado de la calle lo que le causo una punzada en el estomago a Jack.
El chico camino por la acera y doblo en la siguiente esquina.
-No importa,- decía el.- es su decisión tengo que tratarla igual.-
-Jack,- grito Audrey desde el otro lado de la calle.- tengo algo importante que decirte.-
Corrió hacia Jack, su celular cayo, se detuvo, lo tomo, fue lanzada a la acera con fuerza increíble, el inconfundible sonido de un auto frenando, una defensa abollada, un parabrisas destruido, el cuerpo de un chico en la calle, las lagrimas se mezclaron con la sangre que brotaba de la cabeza de Audrey, la mujer del automóvil con el mismo teléfono que fue la causa del accidente también podía salvarle la vida dependiendo de la velocidad de reacción de todos, Audrey en los brazos de Sophie, las dos tiradas en el suelo llorando, la mujer se fue con la policía, la camioneta roja dañada a un lado de la calle, el sonido salvador y dramático de la ambulancia, Audrey con sus lagrimas y su sangre, pero también la de Jack, no podía abrir los ojos, se desmayo.
Por el cristal de la puerta se observaba a los padres de Jack llorando, habían regresado. Estaban en el hospital.
-Voy a morir a si que si quieren decirme algo, ahora es el momento.- dijo un desahuciado Jack.
-No, no morirás.- dijo Sophie llorando.
-Si, voy a morir, pero no lloren mucho por mí, no tengo miedo y creo que no se siente nada.- hablo mirando al techo. -¿Por qué no esta Audrey rondando mi cama de moribundo?-
-Aquí estoy, es solo que no puedes girar la cabeza.- dijo Audrey desde la silla junto a la puerta, traía la cabeza vendada al igual que su ojo izquierdo, un pequeño pedazo de vidrio se incrusto y le hizo perder la vista de ese ojo, se acerco a Jack, frente a frente.
-Me gustas Jack.- y le dio un largo beso.
-Y a mi Soph...- las ultimas palabras, el ultimo suspiro, ni siquiera termino la frase, Sophie se recargo en la pared, Audrey se dirigió a la puerta, un sonido agudo lleno la habitación, el sonido de la muerte, un frio espeluznante, la muerte en persona. Doctor y enfermeras lo trataban de reanimar. En vano.
-Hora de la muerte, 7:44 PM.- justo 3 horas después del accidente, la madre se desmorono afuera, en el piso, Sophie también, pero Audrey, tomo la silla y grito “es mi culpa” tan fuerte y triste, tan agudo y doloroso que en el hospital nunca se había sentido una muerte tan dura, los pacientes y los visitantes, los doctores y las enfermeras, todos se estremecieron ante el grito de dolor. La mujer tomo la silla y comenzó a golpear todo lo que se pudiera destruir, quería eliminar el dolor por la muerte de Jack, y también, olvidar el hecho de que fue por culpa de ella.